MESENIANA AL RELOJ DE CATEDRAL
SEÑORITA TELEFONISTA
DIATRIBA A LA LUNA
MESENIANA AL RELOJ DE CATEDRAL Si alguien toda su vida fue formal en esta alegre tierra que con la seriedad siempre está en guerra, es sin duda el reloj de Catedral. Siempre llevó del tiempo la batuta, y con exactitud que maravilla, dirigió los relojes de la villa, desde el más veterano al más recluta. Verdad es que algún día el viejo Dux enfermo amanecía: de pronto el minutero daba un brinco y sonaba las horas la campana como le daba su bendita gana, y en vez de dar las dos, daba las cinco. Pero a poco su médico llegaba, le examinaba el pulso, lo sangraba, y al otro día estaba ya curado y todo el mundo en el reloj confiado. Todavía está fresca la memoria de sus días de gloria, cuando atacaba, lento y magistral, en las solemnes fechas de la Historia los compases del Himno Nacional... Mas ¡ay! que todo pasa, todo muere, de la Fama se extingue el vano estrépito, y está el prócer reloj ya tan decrépito, que provoca rezarle un miserere. Hace poco estuvo enfermo toda una semana: el minutero estaba como loco y hacía mil desplantes la campana. Por centésima vez salió con vida de esta malandanza, mas su demencia fue de tal jaez, que la gente perdióle la confianza y ya nadie lo acepta como juez. Viejo reloj, la noche ya te gana; a funeral ya suena tu campana; yo que también en no lejano día perderé la confianza ciudadana, te hago esta prematura meseniana risueña, mas sin gota de ironía... ---------------------------------------- SEÑORITA TELEFONISTA Señorita telefonista jamás conocida de vista que fuiste acaso la primera mujer oficinista, la primera que en Caracas atrevióse a dar el paso inicial que os ha hecho tanto bien... y tanto mal. Señorita que tal vez eres bonita, y no obstante nadie tiene para ti frase galante, que el más paciente suscritor se irrita y contra ti protesta y a veces de manera poco honesta cada vez que le dices "no contesta". Pobre esclava cuya labor anónima ni se ve ni se alaba; desdeñada muchacha que tienes el valor de escuchar sin envidia tantos dúos de amor. ¡Cuántas veces nos habremos encontrado, y en mi voz, familiar para tu oido, habrás reconocido al abonado de los reproches del color subido... (Imperdonable villanía, porque de sobra yo sabía que al extremo del hilo una mujer había). Y sin embargo, y a despecho de tanto perillán hasta hoy te has sostenido en ese cargo por ganar un pan que, aunque amargo, al cabo es pan. Mas si el público es contigo tan inmisericorde y antipático, aún es peor otro enemigo: el teléfono automático, pues si éste no te recrimina en cambio tus servicios elimina. Tu retiro es inminente y ora aguardas en perpetuo sobresalto que el gerente te diga compungido: "Señorita, la Compañía no la necesita". Pero, no llores, no te apures, es muy probable que no dures tiempo excesivo en ese estéril ocio: hallarás otro empleo, de seguro, más amable, menos duro y quién sabe hasta te cases con el dueño del negocio... ------------------------------------ DIATRIBA A LA LUNA Luna, pérfida luna, que en todas las edades fuiste origen y causa de mil calamidades, ha tiempo que conozco tus designios perversos, y por eso, en justicia, te insultarán mis versos. Descubriré la urdimbre de tus sórdidos planes, (por algo, de seguro, te aborrecen los canes) y haré con mis estrofas ridícula picota para tu rostro lívido y tu risa de idiota. Tu luz hace invisible en los charcos el cieno; aparece el pantano como firme terreno, y gozas con la rabia que anima los semblantes cuando enlodan sus botas los cándidos viandantes. Por virtud de tu magia, finges, artera luna, que duermes en el fondo de la clara laguna; y el incauto muchacho, que conquistarte ansía, en lugar de la luna, coge una pulmonía Tus poderes malignos, tus artes y destrezas, a trastornar aplicas las humanas cabezas; y con raros hechizos, por medios enigmáticos, los manicomios pueblas de locos y maniáticos. Siembras en los caminos destellos rutilantes, y los cristales rotos son fúlgidos diamantes, que, al tocarlos, se vuelven cortantes enemigos y destrozan las flacas manos de los mendigos. Eres cruel, solapada, de designios perversos, y por eso, en justicia, te insultarán mis versos, por levantar el velo que oculta tus traiciones, arrostraré las iras de Leopoldo Lugones; y cuando por las noches te canten los poetas, que nunca sospecharon tus malévolas tretas, haré con mis estrofas ridícula picota para tu rostro lívido y tu risa de idiota. 1912
ESTOS POEMAS Y ARTICULOS DE FRANCISCO PIMENTEL "JOB PIM" SE REPRODUCEN
AQUI SIN FINES DE LUCRO, CON EL SOLO PROPOSITO DE AYUDAR A DIFUNDIR
LA OBRA Y VIDA DE ESTE EMINENTE VENEZOLANO.